El Valencia se dejó anoche 2 puntos en el debut en la Liga de Campeones. Enfrente un débil Genk, campeón de la liga belga la temporada pasada que este año no tiene al futbolista que, dicen los expertos, fue clave para conseguir el título, el portero hoy del Atlético de Madrid Courtois. Un equipo que a pesar de triunfar en su liga tendría serios problemas para poder mantener la categoría en el campeonato español.
El partido comenzó como casi siempre. Ya es casi una tradición que Unai regale a los aficionados tema de conversación en los minutos previos a cada partido. Feghouli y Parejo descartados en los dos primeros partidos oficiales jugaron de inicio. Ninguno de los dos tuvo un partido desastroso pero tampoco fueron determinantes. Prueba de ello es que los dos fueron sustituidos. Es cierto que no habían jugado ni un minuto en partido oficial pero también cabría decir que son dos jugadores que han tenido muchos minutos en pretemporada y por lo tanto se les puede considerar acoplados a la dinámica que por ejemplo está dejando fuera a Barragán.
La tercera sorpresa fue ver a Diego Alves defendiendo la portería blanquinegra. Que el Valencia tiene dos grandes porteros no lo pone en duda nadie. Que ante el afán del entrenador de quedar bien con todo el mundo tengamos una temporada con alternancia en la portería es más discutible. Me pregunto que si esa es la mejor fórmula porque ningún otro equipo lo hace. Si echamos un vistazo a las porterías de los equipos grandes de Europa todo el mundo tiene claro cual es su portero titular y cual es el suplente.
Una de las ventajas que da el formato de competición de la Champions es que hay tiempo para reaccionar. Eso si, el patinazo belga obliga ahora al Valencia a no cometer ningún otro error, el margen se ha terminado. Lo que parecía que podía ser una pelea con el Chelsea por el primer puesto del grupo parece que va a ser una lucha encarnizada con el Leverkusen por la segunda. Y encima, va y ayer marca Mata.
Ricardo Marí
@ricardo_mari
