02 noviembre 2011

La humildad ganó a la prepotencia

“Vamos a intentar hacer 40 puntos para asegurar la permanencia y a partir de ahí pensaremos en otros objetivos”. Estas eran las sorprendentes declaraciones que hacía el entrenador del Real Madrid Jose Mourinho en la previa del partido que les tenía que enfrentar al Levante en el Ciudad de Valencia. El portugués se mofaba de esta forma de su homologo en el banquillo del FC Barcelona Pep Guardiola que un día antes había comentado públicamente que este año iba a ser muy complicado el conseguir un título.

Desconozco las intenciones de uno y otro en cuanto a sus mensajes públicos lo que si es evidente es que los resultados de sus estrategias fueron muy distintas. Mientras el Barsa le metía 8 a Osasuna, los blancos caían estrepitosamente contra un grandísimo Levante. Fuera cual fuera el objetivo de Mou lo que si quedó patente es un palpable desprecio a los equipos que de verdad van a pelear por eludir el descenso de categoría, entre los que se encuentra el Levante.

Si hay una ley clara en el mundo del fútbol es que es muy peligroso hinchar el pecho por algo, es muy probable que a continuación te caiga un palo gordo. Esta máxima tiene menos posibilidades de cumplirse en los equipos grandes, sin embargo, el fútbol nos regaló anoche una victoria del Levante y un palo para el portugués.

Los de Juan Ignacio Martínez deleitaron con un repertorio perfecto de intensidad, de ganas, de ilusión y de preparación de partido. El técnico granota hizo mucho hincapié durante la semana en el principal peligro del Madrid, el momento del partido en que el equipo rival se ve con posibilidades de poderle ganar. En este instante de encuentro, el equipo rival se confía desguarnece la defensa y el equipo blanco te liquida. La lección estaba bien aprendida y en todo momento el Levante tuvo claro que el balón tenía que ser para los visitantes.

El buen hacer del equipo azulgrana consiguió que el Real Madrid estuviera cada vez más incómodo en el campo, sobre todo después de la expulsión de Khedira por doble amonestación. El Madrid probaba de su misma medicina, juego subterráneo y marrullero, estrategia empleada para ganarle al Barcelona. Los de Juan Ignacio aguantaron sabiendo que en algún momento llegaría su oportunidad. Y así fue. Mediada la segunda mitad una gran jugada conducida por el incombustible Javi Venta fue rematada por Kone al fondo de las mallas dándole prácticamente la puntilla al partido. Mou lo intentó con la salida de Ozil e Higuaín pero el balance atacante de los blancos en la segunda mitad fue paupérrimo.

Volviendo a la realidad, el triunfo granota supone, mantenerse invicto hasta el momento y sumar 3 puntos más que con los dos empates conseguidos en las dos primeras jornadas son 5 o lo que es lo mismo que su objetivo ya está a 35 puntos. Por el contrario, el Madrid se deja 3 puntos que le aleja del record de 100 que parece que tendrá que hacer para superar al Barcelona.
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